5 de julio de 2018

Mi vida

A veces vivo a través de mis sueños. Literalmente. Me encuentro sin saber como en una realidad tan nítida como la vida misma, donde pasan cosas maravillosas. Estoy rodeada de mis seres queridos, estoy de vacaciones en el paraíso, trabajo haciendo lo que más me gusta, amo y me siento correspondida. Y despierto. No como un golpe, en ningún momento hay una situación traumatica en la que me doy cuenta que era un sueño y me entristezco por la realidad, nunca. Cuando vives algo a ese nivel extracorporeo, despertar es simplemente eso, pasar de un día a otro nuevo.
De un día lleno de gloria a uno cotidiano, bueno a su manera.
Vivo varias vidas, una despierta, otras dormida, pero todas mías. Todas reales, porque las he sentido a tal nivel que en ese instante nadie puede decirle que no es real, que no existe. ¿Puedes dar un beso ahora, y en 5 minutos pensar que no fue real? Claro que no. No hay nada en ese tiempo que corrobore que pasó, tu lo sentiste, lo experimentaste y eso es lo que importa.
Yo he experimentado cosas tan reales dormida como despierta. Y forman parte de mi pasado. Forman parte de mi.

Siempre vuestra la que escribe.

13 de mayo de 2016

Siendo clara.

Lo he estado pensando, y dado que nadie que conozca se ha dignado en pasarse por mi Blog, he decidido decir algo que llevo tiempo queriendo gritar.
No soy insignificante, no soy débil, no busco la perfección, no lloro por los insultos, no espero que me arreglen la vida, no espero nada de nadie más que de mi misma.
Me he enfadado mucho por injusticias, soy libra, no puedo evitarlo, pero se acabaron los tiempos muertos, dejar que otros decidan lo que pasa o que los necios hagan lo que les place. Soy el cambio que quiero ver y lo seré por mi, porque todos aquellos que sigen callados en la sombra no me solucionarán nada. Pero les agradezco que no hagan nada porque me dan la fuerza que necesito para hacerlo yo y ser cada día más fuerte.
Si, estoy cabreada, pero cuando las cosas sean como deben ser yo seré más fuerte y ellos no serán nada.

Siempre vuestra la que escribe.

2 de enero de 2016

Arte?

Todo el mundo me pregunta lo mismo, ¿por qué no te dedicas a esto? ¿Por qué no estudias algo de eso? Pero como dice el dicho, lo bueno si breve, dos veces bueno. Me gusta pintarme las uñas con diseños nuevos y únicos, elegantes y alocados, pero también me gusta hacerme cosas en el pelo, no llevarlo nunca igual, una trenza, un moño, una diadema para un recogido, unas ondas... Adoro copiar imágenes, pasar un rato pensando que color usar aquí, y cual allá, pero también buscar una idea y transformarla en una tarta sabrosa y tan bonita que de pena romperla... Pensar en historias imposibles, crímenes enrevesados, amores posibles en mundos imposibles, y plasmarlos en papel o tomarme un rato para visualizarlo.. ¿Puede ser que sea arte? Se que hago con amor todo esto que me encanta, llena mis ratos libres y bacía de temores los momentos más oscuros. Es mi arte, mis placeres, y si, dedicaré mi vida a esos placeres pero no a desarrollarlos para otros, ni para que mi sustento dependa de ello, dejaré a quien quiera que juzgue mi arte pero no que lo límite, ni lo desprecie o lo pretenda esconder. Mi arte es el amor con que me recojo el pelo por las mañanas, es la suavidad con que muevo un pincel, es el amor con que extiendo el chocolate en una tarta o el esmero con que me arreglo las uñas, y eso no lo puede tocar nadie, no lo puede ensuciar nadie, nadie puede hacerle mal a lo que hago con tanto amor. Por todo eso y más, mi arte es para mi y aquello a lo que me dedique el día de mañana será para los demás. 
Un poco rezagada en mis entradas, pero  dispuesta a sorprender,
Siempre vuestra la que escribe.



13 de febrero de 2014

Por las esquinas

Vamos a poner cada cosa en su lugar. Hagamos una lista de todas esas cosas que tenemos por ahí regadas, ordenadas o desordenadas y tomemos unas horas para poner nuestra casa patas arriba y dejar que el caos se apodere de cada esquina. 
Al menos dos veces al año me tomo unas horas (o en mi caso dos días) para sacar todo lo que hay en el armario, en las estanterías, en las cajas y todas esas cosillas que pueblan mi escritorio y hacer una limpieza que comienza por falta de espacio para cosas nuevas y acaba siendo una limpieza del alma. 
Sí, me he puesto filósofa otra vez, pero tengo mis razones. Todo el mundo sabe que un tercio de las cosas que tienes son de uso habitual, otro tercio son esas cosas que te regalan y no sabes como deshacerte de ellas porque son completamente inútiles, y el ultimo tercio no son cosas, son 'por si acaso', como ese monologo de Luis Piedraita en el que habla de que llenamos las maletas de 'por si acaso'. Pues bien amigos, en todas las casas también hay 'por si acaso'. Pero no son simples cosas que te puedan ser útiles, también son objetos que has guardado de alguien con quien ya no te llevas o alguna prenda de ropa de un momento de tu vida en el que te lo pasaste genial pero sabes que no volverá y aun así la conservas, con esperanza. 
Con todo esto quiero llegar a que los 'por si acaso' en tu casa no te servirán para nada. Absolutamente para nada. Puedes cerrar tu mente y creer que si, quedarte en tus trece e insistir en que aquella falda que tantos chupitos de ayudo a conseguir cuando te ibas de fiesta te va a hacer algún favor, pero puedes recordar esa divertida época con un hueco en el armario para un pañuelo nuevo o una blusa que te favorezca ahora. Puedes tirar esa foto de aquella persona que te hizo tanto daño, porque hay personas en tu vida que merecen ese espacio que ocupa en tu álbum. Puedes coger esa figurita de cerámica que te regaló un pariente lejano al que no has visto sino en una ocasión y tirarla, porque es tu espacio y tu decides con que tienes que convivir. 


A veces tenemos que hacer limpieza en nuestros armarios y en nuestras estanterías y cajas, porque los 'por si acaso' son puertas al recuerdo, y te aseguro que si limpias tu casa con la mente abierta, podrás ver que esas cosas inútiles pueden dejar espacio a lo que necesitas ahora, a lo que te esta haciendo feliz en este momento sin importar el pasado, porque las cosas buenas siempre se recuerdan, sin necesidad de 'por si acaso se me olvida', porque las malas siempre estarán ahí pero poco a poco se van olvidando y pasan con tan poca frecuencia por tus recuerdos que a veces te olvidas de que han pasado.

Siempre vuestra la que escribe.

28 de octubre de 2013

Mi nada

Aun no soy escritora. Solo junto unas pocas letras de cuando en cuando. Intento recoger todas las experiencias que puedo, mis penas y alegrías, en estos pequeños textos, pero creo que ya no me basta con eso. Ahora quiero sentir lo que escribo y he tenido cientos de experiencias que no creí jamas que llegaria a tener, pero quiero algo más.
Siento que la tierra que piso y que me vio nacer me reclama cuando me alejo, pero cuando estoy en ella siento como el resto del mundo me llama y no puedo más que ceder a su llamada. Solo quiero sentir que no me dejo un rincón por explorar, un ancho horizonte por contemplar y un millón de estrechos senderos por recorrer. Fui un día consciente de lo que la vida me depara. La nada. Una nada para llenarla. Una nada que sera algo, que sera mucho. Una nada que estoy llenando poco a poco de instantes mágicos. Estar bajo el cielo estrellado de Roma, junto al Coliseo; el aire fresco de la mañana en la Dordoña Francesa balanceándome en una hamaca entre verdes árboles; el tacto de la fría nieve atravesando mis guantes en una calle de Salamanca; el calor de un chocolate caliente en la Puerta del Sol, en Madrid, en pleno invierno; que el Mediterráneo se mueva suavemente entre los dedos de mis pies.
Tengo tantas sensaciones y momentos recopilados que me abruman y quiero más. Hay quien diría, ¿has visto tanto y te quejas? Pero no me quejo, solo tengo ansias de vivir, porque que ya haya visto no implica que lo haya visto todo o que no desee volver a los lugares que tantos recuerdos me regalaron.
Desearlo todo. Quererlo todo. Tenerlo todo. Contemplar las estrellas de todos los cielos y sentir que son mías. Estar cubierta de niebla y sentirme abrazada y no confundida. Que cada lugar por el que pase, me siga como un recuerdo atado a otro, como eslabones que no me amarren sino me empujen a recopilar mas recuerdos.
Espero que os agrade este pequeño pensamiento. Pues es un poco de lo que se esconde en mi y os voy mostrando poco a poco. Un poco de esa nada que empieza a ser algo. Un poco de esa nada que se ha llenado.



Siempre vuestra la que escribe.

18 de junio de 2013

En esta tierra de pocos

Existe un sentimiento por las personas que nos rodean. Un sentimiento que se hace más fuerte según las vas conociendo. Aprendes a quererlas más que a ti mismo, pero otras veces esas personas te crean conflictos internos. No sabes si los quieres más a ellos o a ti. O incluso con algunas, dudas que valga la pena sentir algo. Pero una cosa es segura, cuando piensas en una de esas personas y te imaginas que desaparece de tu vida, de la vida en si, que abandona este mundo, cuando empiezas a imaginar como serian las cosas, imaginas esos sentimientos que arraigarían en ti si supieras que nunca más volverías a ver a esa persona, entonces sabes que es lo que significa esa persona para ti. Cuando te imaginas el mundo de esa manera, pero no eres capaz de llevar tu fantasía mas allá de unos pocos echos, entonces es cuando sabes que no eres capaz de imaginarte en un mundo en el que esa persona desaparezca sin mas. Porque no es lo mismo no volver a ver a ese alguien, que saber donde esta. Que saber que esta tan cerca que podrías ser feliz solo con tenerle a esa poca distancia, pero tan infeliz por saber que realmente ya no esta ahí. Porque cuando alguien se marcha, no deja el mundo, ni la vida, ni lo material. Cuando alguien se va, deja a las personas. Deja a todo el que le conoció y les deja un poco más vacío. Y hay personas que se vacían tanto cuando alguien se va que ya no pueden volver a ser ellos mismos, porque han aprendido a ser parte del resto. Y así es como mueres. No porque tu cuerpo no responda, o porque dejes tu casa y tus cosas para siempre. Mueres poco a poco y solo desapareces cuando la ultima persona que tubo el honor de conocerte deja esta tierra baldía. Porque entonces no queda nada de ti. Ni tu voz en un recuerdo, ni el tacto de tu piel, ni el olor de tu fragancia. Porque solo quien te ha conocido y ha estado en tu presencia te recordara. Y te mantendrá vivo.

Siempre vuestra la que escribe.